POEMA VIII.
A 65 AÑOS DEL MARTIRIO DE HIROSHIMA Y NAGASAKI.
1945-2010.
Elemental es el aire derrotado,
En ese salvaje tiempo estático,
Prolongado por hondo estallido.
Desde entonces, se conmueven
Los genes, la cordura, la historia.
Arde la noche inestable y la piel,
La sangre en metralla, los trozos.
Y un largo grito cruza agonizante,
Sumergido en el miedo, sin juicio,
Sin cabellos, ilusión o mariposas
Alzando interrogantes, absortas.
¿Habrá mañana libre, Hiroshima
Y no la memoria lacerada y leve?
POEMA IX.
(NUCLEAR)
No.
Yo no quiero que tú seas
Una sombra en el muro,
Dibujada en la piedra
A tres mil grados.
No.
Yo no quiero que tengas
Un desenlace de fuego
Y existas con el hierro
Igual que la ceniza.
No.
Yo no quiero que tú alces
Tus dos manos ya líquidas
Y se mezclen las nubes
Del cielo en tus ojos.
No.
Yo no quiero que tú seas
Una sombra en el muro,
Dibujada en la piedra
A tres mil grados.
A 65 AÑOS DEL MARTIRIO DE HIROSHIMA Y NAGASAKI.
1945-2010.
Elemental es el aire derrotado,
En ese salvaje tiempo estático,
Prolongado por hondo estallido.
Desde entonces, se conmueven
Los genes, la cordura, la historia.
Arde la noche inestable y la piel,
La sangre en metralla, los trozos.
Y un largo grito cruza agonizante,
Sumergido en el miedo, sin juicio,
Sin cabellos, ilusión o mariposas
Alzando interrogantes, absortas.
¿Habrá mañana libre, Hiroshima
Y no la memoria lacerada y leve?
POEMA IX.
(NUCLEAR)
No.
Yo no quiero que tú seas
Una sombra en el muro,
Dibujada en la piedra
A tres mil grados.
No.
Yo no quiero que tengas
Un desenlace de fuego
Y existas con el hierro
Igual que la ceniza.
No.
Yo no quiero que tú alces
Tus dos manos ya líquidas
Y se mezclen las nubes
Del cielo en tus ojos.
No.
Yo no quiero que tú seas
Una sombra en el muro,
Dibujada en la piedra
A tres mil grados.
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