domingo, 20 de mayo de 2012

“El Andén de los Sueños” Por: Juan Felix Cortés Espinosa. Escritor Peruano

"El Andén de los Sueños" Por: Juan Felix Cortés Espinosa. Escritor Peruano

Martes, 07 de Febrero de 2012 13:52

Luis_E._Aguilera_CanaliterarioEl  notable escritor chileno Luis E. Aguilera ha publicado el libro de  cuentos "El  andén de los sueños" que consta de 311 páginas.
El libro difunde 13 textos  y revelan a un narrador talentoso de Latinoamérica que ha logrado un estilo personal y una escritura que cautiva al lector desde el inicio.
"El estilo es el hombre", se ha dicho siempre, cuando un escritor ha labrado su propio camino y su propia trayectoria.
La portada del libro pertenece al pintor Marcelo Lira Segovia y nos hace conocer una obra donde  visualiza la Estación Empalme de Coquimbo, la obra está fechada en el año 1903 y es un magnífico dibujo a pluma.
Ninoska Angélica, Luis Eduardo Felipe, Kasthiuska, que son mi ayer y mi presente y Mileska Ivanna, que es el futuro"
La presentación está a cargo del Alcalde de La Serena, Raúl Saldívar Auger y el prólogo  pertenece a Pepe Sánchez,  miembro de la Unión de Escritores  y artistas de Cuba (UNEAC), poeta, narrador, y ensayista, Director de la revista cultural digital "Calle B", Cienfuegos, Cumanayagua, Cuba.
"El andén  de los sueños", ganó el Primer  Concurso Fondo Editorial Manuel Concha, 2009. El Presidente del  Jurado. Escritor   Gregorio Angelcos escribe lo siguiente: "Narrativa fluida, de continentes afincados en su realidad de origen. Prosa dinámica con buen tratamiento del lenguaje. Expresa creatividad  y manejo de oficio".
El libro ha sido editado pulcramente por la Municipalidad de La Serena y forma parte del Fondo Editorial Manuel Concha.
Luis E. Aguilera, es el Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, sede  La Serena y es el organizador  del XVI Encuentro Internacional del Mundo de la  Cultura que se realiza en la ciudad de Serena.
Ha publicado: "Crónicas  literarias"- 1985-1986 (1993). Departamento de Publicaciones Universidad  de La Serena: "El dueño de la  hora  y los duendes transparentes" (2003). Imprenta Silva, libro ganador del Tercer Concurso del Fondo Editorial ESSCO (2003). "Un adiós en el aeropuerto  de La Habana" (2007) Ediciones Leuten, Santiago, Chile. "Yemayá, Virgen del mar de Baracoa" y otros cuentos, (2012), ganador del Concurso del Concejo Nacional del Libro, línea  Fomento creación literaria 2009 – Escritores profesionales. Libros inéditos próximos a publicar:  "La noche  que el Rucó  quebró la luna". Ha sido  incluido  en un sinnúmero de antologías.
Ingresó a las juventudes comunistas de Chile a la edad de 11 años (1968) en Villa Alemana.
En el ámbito político ha sido candidato a la alcaldía de la ciudad de La Serena, candidato a una diputación  y una Senaduría por la Cuarta Región de Chile.
He leído con mucho interés este libro de cuentos y he encontrado el trabajo creativo de un narrador nacido en Valparaíso el 11 de febrero de 1957, que ha bregado mucho para encontrar su consagración definitiva en la ciudad de La Serena donde reside.
Sus personajes  nos conmueven porque aparecen en su  exacta  dimensión humana, son reales y mágicos,  al mismo tiempo son personajes chilenos del norte con sus aspiraciones, con sus sueños, con sus realizaciones y frustraciones; en los 13
cuentos encontramos  historias  inverosímiles, cuentos vinculados  a la vida cotidiana, con sus conflictos, son cuentos donde la imaginación del narrador discurre a veces en el absurdo y en ambientes fantásticos, la ficción que realiza Luis Aguilera es
sorprendente y continua la rica tradición del realismo mágico, tradición creativa en la literatura latinoamericana.
La ciudad de la Serena, sus alrededores y el valle de Elqui, están presentes; nuestro narrador recurre al pasado grandioso y con su escritura hondamente  bella rescata historias  olvidadas en la memoria del tiempo, crea una  narrativa, una  invención que  subyuga, expresa su amor secreto con la ciudad antigua y moderna, Luis Aguilera, ha tejido una vasta narración donde desnuda con sus cuentos a una ciudad prestigiosa del  norte chileno, ciudad que acogió a la reconocida y destacada poetisa Gabriela Mistral.
En sus cuentos están presentes amoríos históricos, la sensibilidad y la solidez de los personajes son tratadas con esmero por el narrador.
Cada cuento, se inicia y termina con un desenlace inesperado, la técnica literaria utilizada  es moderna y coopera con el creador para dejar un texto ubicado en el tiempo y en el espacio territorial.
Para conocer a La Serena desde la perspectiva de su desarrollo urbano, estos cuentos representan indudablemente el sentir de sus ciudadanos que han amado y aman esta ciudad  hermosa, limpia, planificada y con un gran desarrollo del arte y la cultura.
Luis Aguilera, acucioso y disciplinado ha tenido que vivir, experimentar e investigar la presencia de La Serena y no ha descuidado en ningún momento la importancia de las instituciones antiguas, las calles, las avenidas, los hoteles, las casas de pensión, el mar, el río, los amaneceres y los  atardeceres, es decir, ha involucrado la realidad y ha inventado y la creado la atmósfera  poética en sus narraciones logradas.
Un personaje infaltable es la "Estación Empalme de Coquimbo", el tren es no solamente un recuerdo de los viajeros de  antaño, sino que es una realidad en varias generaciones de La Serena.
Luis Aguilera  ha englobado su visión en una narración totalizadora, estos cuentos son como capítulos de una novela histórica, porque  "El Andén de los Sueños" es una narración histórica sobre una  ciudad pegada al Océano Pacífico, pegada al sur del continente americano, ciudad preferida del valle de Elqui y pegada a un río que transmite vida e ilusiones.
Luis Aguilera ha construido un universo literario y coherente con la  idiosincrasia de una ciudad, de un pueblo que no ha perdido las ganas de soñar hoy y siempre.
Al término de la lectura he podido descubrir a un escritor lúcido, inteligente y sobre todo amoroso con la ciudad de La Serena, comprometido con su gente, con su futuro, con su familia que respira un ambiente vital, un escenario de la cultura y del trabajo permanente.
La ciudad de La Serena tiene en el escritor Luis Aguilera a un excelente representante  de la literatura y quien la visite podrá encontrar en los cuentos "El Andén de  los Sueños" a una ciudad que fue desapareciendo con sus personajes y construcciones antiguas; pero que ha regresado con brillo y contundencia en los cuentos de Luis Aguilera.
En sus textos desfilan seres de todas las edades, de diferentes condiciones sociales, culturales, económicas y sicológicas, vibran con sus ricos mundos internos e intervienen en acontecimientos dramáticos y trágicos como en el gran teatro del mundo.
Luis Aguilera  ha tenido que venir desde lejos y con su sensibilidad artística ha recuperado la historia de estos seres que dan vida a una obra reconocida y premiada.
Creo que esta obra ha sido escrita  para el futuro para que los niños y jóvenes conozcan a la ciudad de sus ancestros.
En "El andén de los sueños" nos hemos sentido  regocijados, acompañados y felices, al leerla he encontrado a personas de mi tronco familiar.
El cementerio es un personaje infaltable y Luis Aguilera con su capacidad creativa ha unido el misterio de una ciudad con el protagonismo de sus gentes laboriosas; gentes vinculados al mar, al río, a la urbanidad y al valle de Elqui, personajes en estos
cuentos que gustan y  motivan la reflexión, la conciencia de la historia forjada por el hombre en su accionar diario.
El mar, el barco varado y los hombres que lo navegan y lo conocen forman parte de una trilogía que el narrador proyecta con maestría.
Leer "El Andén de los Sueños" es conocer un diagnóstico que solo el ojo avizor del narrador lo puede hacer, aquí el mérito de Luis Aguilera  y por esta vocación y por esta pasión de escribir, con sinceridad en la ciudad de La Serena, ciudad a quien tanto ama desde la profundidad  de su alma y de su espíritu.
Cada cuento está dedicado y tiene un epígrafe de un relevante y famoso creador.El amor, la tragedia, el drama, la tristeza, la soledad, la marginación, los sueños, las alegrías, los triunfos, las decepciones, el asombro por la vida, el misterio de lo desconocido, etc. constituyen  algunos de los temas involucrados, asimismo, la multitud de detalles históricos, dan  solvencia y perpetuidad.
El libro  "El Andén de los Sueños" desde Trujillo (Perú) lo celebro con la inmensidad de mi creatividad, augurando un sitio en la memorable literatura de América Latina.
Un abrazo.
Escritor Juan Félix Cortés Espinoza

Juan Felix Cortés: Sullana, Piura, PeruHe ganado el Premio Nacional de Poesía de la Universidad Privada de Piura con "Cuatro estaciones para contar" (1975); y el Premio Nacional de Poesía de la Asociación José Martí y del Colegio de Periodistas del Perú con "Sentimiento de hombre" (1986). He publicado las siguientes obras en poesía: "Otra vez el hombre" (1969), "Informes y contiendas" (1970), "La palabra y el muro" (1973). "Diario es el vivir" (1978), "Con el aire y la amistad" (1980), "El ovni y la televisión" (1984), "La eficacia del tiempo" (1990), "El hombre solar" (1998), "La noche de las especies" (2005). En narrativa: "Los alacranes de oro" (1994), "Cuando éramos churres" (1996), "La noche de la serpiente" (1993), y la novela "Los olvidados encontrados" (1998). También la colección "La memoria de la escritura" Tomo I: 34 escritores de América Latina y Europa (2003); y el tomo II "Escritoras del Perú" (2005). Tomo III:
"Entrevistas a artistas plásticos México, Ecuador, Chile y Perú" (2006). Escribo en diversos diarios del Perú y el extranjero. Y el INC ha declarado mi casa "La primera casa-museo de un escritor", la pueden visitar en la calle H3-26 5ta Etapa San Andrés. Móvil: 9920011.http://juanfélixcortes.blogspot.com/
--
Para leer,  ver y revisar más artículos, haga click aquí:
http://www.luiseaguilera.cl/

"La geometría del profesor": María Fernanda Álzate, escritora colombiana

"La geometría del profesor": María Fernanda Álzate, escritora colombiana

Maria_Fernanda_QuuinteroEl profe partió con sus recuerdos.
El profe, como lo solían llamar sus alum¬nos, se distinguía por un bigotico hecho en ángulos de noventa grados a cada lazo de su bozo. ¡Todo en él parecía medible! A dife¬rencia de otros enclenques maestros, tenía unos enormes brazos musculosos, que des¬de joven había adquirido en el deporte. Es¬tos le daban un aspecto fornido. Según decía su esposa, su prominencia torácica estaba marcada por sus luchas en el cuadrilátero. Gozaba de haber practicado, de jovenzuelo, la lucha libre.
Su padre, estricto y despreocupado, decía:
-¡Esto es diversión de sinvergüenzas, que se
camufla como deporte!
En su casa permanecían obras de arte, li¬bros, revistas y periódicos hasta en los ba¬ños. Cada miembro de la familia que en¬traba a cagar al baño se ponía a leer. ¡No alcanzaba a desocuparse la cisterna, cuando

ya debía terminar la lectura! Algunos dura¬ban sentados por horas, hasta que otro to¬cara la puerta. La casa del profesor era bien particular… o ¡singular!
Recuerdo.
En el baño colgaba una reproduccioncita exacta del cuadro de Cézanne, pintor de Aix-en-Provence. Pintura de nutridos colo¬res que, con matices encendidos, resaltaba ciertas flores diminutas muy al estilo medi¬terráneo. Ese signo del arte le daba un as¬pecto tranquilito al baño, la ducha y el sani¬tario. Hoy día, el famoso original reposa en el museo de Vincent Vangoth, en Holanda.
-¿Original?
-Sí. Sin ningún decoro, la propiedad de la pintura estaba extraviada y no era pre¬cisamente en el baño de la casa del profe. Ridículamente, las obras de arte no descan¬saban donde debían. ¡Siempre en el mundo artístico están el robo, el plagio y el enredo bien institucionalizados!
¡Nunca están las cosas en su lugar!
El profesor, aborrecido por tantas almas en el pueblo, se sentaba todos los días al 3 mediodía a leer el periódico.
¡Sólo lo amaban los libros y un par de gatos! Nadie lo estimaba más que aquellos anima¬les. Lo querían como él se lo merecía. Él, un alma buena, limpia e impecable, servía a la ciencia desde su casa.
¡Trabajaba de día y noche como burro de carga! ¡Leía testarudamente!
Para sus habituales lecturas, compraba las tres prensas que circulaban en su ciudad. No le importaba que todas dijeran las mis¬mas mentiras con diferentes verbos: a él le gustaba leerlas. Tenía sus preferencias, pero no las dejaba conocer...
Una mañana, sin más, el profesor, que tanto insistía sobre la ecuación de segundo grado, dijo que la fórmula se la habían robado al poeta Omar…
-¿Cómo? ¿Cuál poeta?
-Omar Khayyam.
-¡Ah! El poeta persa.
-Sí. Omar Khayyam, el matemático, filó¬sofo, astrónomo, conocedor de la lengua Farsi y gran reformador del calendario mu¬sulmán.
-¿Escritor del poema el Quatrenio? 4 -Sí, ¡el adorado por los musulmanes!
Hábilmente, decía nuestro profesor que los europeos se "tumbaban" lo que fuera. Los árabes, con su cultura magnífica, habían quedado en la línea suspendida de la his¬toria y con ello nuestro mal aprendizaje del universo. Los occidentales se adjudica¬ban inventos, conocimientos y saberes de la historia que a veces no les correspondían o que plagiaban. Justamente eso le había pasa¬do al poeta Omar Khayyam. Los europeos, deslenguados, desvirtuarían lo que fuera de los árabes con tal de no sentirse sacados en el tiempo.
A su casa llegaban habladores, profesores, amigos y estudiantes de todas partes para que les explicara sobre las mediciones, las variables y hasta la lógica que muchos inep¬tos no sabían. Decía de ellos:
-¡No saben, ni sumar!
Una mañana se levantó en un pueblo, era el nuevo profesor de la escuela. Caminan¬do por la calle principal, con su maletica de libros, vio que se le acercaba un muchacho mulato, quien le preguntó: 5 -¿Eso qué es?
-¿Qué?
-Lo que lleva debajo del brazo.
-Una escuadra.
Siguió recorriendo la calle principal, pero al llegar a una esquina la policía lo detuvo. Lle¬vado a la caseta, sentado, con su maletica al lado, el oficial, lo interrogó:
-¿Qué hace usted?
-¡Soy matemático!
-¿Y en este pueblo?
-Vengo a enseñar geometría.
-Mis libros y mis instrumentos geométricos,
¿por qué?

-Dicen que usted lleva un arma…

Mostró su maleta de cuero, llena de libros con temas de: astronomía, matemáticas, lite¬ratura, historia, antropología y algunas revis¬tas de Play boy. ¡Su escuadra de geometría la sacó de debajo de su axila! Le explicó que era una escuadra de medición y no un arma. ¡No dispara!, dijo.
El oficial lo miró... y agregó:
-Perdone usted profesor, nos equivocamos. 6 ¡Confundimos una escuadra con un arma! Usted sabe que nosotros los policías no sabemos de matemáticas. ¡Conocemos de otras cosas…!
Silencioso, el profesor lo miró fijamente y suspiró…
Recogió los libros, no sin antes cerrar su maletincito y dejar las chicas de play boy en la superficie de la maleta. Su escuadra la colocó en su sitio anterior y se despidió con un:

¡Hasta luego!

Esa mañana, no se contuvo un día más de ver el mundo al revés y decidió irse. Ago¬tado, se cansó hasta de su mujer y de sus hijos.
¡Desapareció!

Hablaban algunos de que se había ido para otras tierras, pero seguía dándole importan¬cia al álgebra de Baldor. Explicaba que si la gente no entendía mínimamente a Baldor…

¿Qué podrían aprender?

¡Nunca supo que sus hijos serían matemá¬ticos! Todos ellos respondieron a las varia¬bles matemáticas y al cálculo que, gustosa¬7 mente, habían aprendido con él.
¡Las matemáticas las pondrían al servicio de sus existencias!

El profe partió con sus recuerdos. Se fue con su ábaco, la escuadra geométrica y su maleta llena de libros. Nunca regresó.ESTUDIOSLicenciada en Ciencias SocialesMaestría en Geografía ColombiaEstudios Latinoamericanos  Paris III Francia. DEA Cursos en filosofía política. Paris 8. Francia DEA


EXPERIENCIA
Docente  Universitaria Investigadora social: memoria - territorio  y cultura en comunidades indígenas y campesinas.Articulista en  temas de Derechos humanos y análisis político.SEUDONIMO: Sara Leukos ver: páginas web Kaos en la red, Rebelión, Aporrea , La hiena, el periódico socialista en Uruguay.

PUBLICACION -Fotografía portada: Cartilla Indígena  1998.-Fotografía Universidad de  los Andes 2006 1996  - Derechos Humanos  en Colombia: VI Jornada de memoria. Rosario Argentina.2011-Conferencia Universidad Nacional de Antioquia –Colombia -El trabalenguas que ya no traba: en  memoria a María Esther Cayapu (Crónica  editada 2008) -Sombras y Relatos (libro editada 2011.)- Próximo trabajo:  cuentos de narración corta( en proceso)
http://trazosdescritura.blogspot.com/

--
Para leer,  ver y revisar más artículos, haga click aquí:

http://www.luiseaguilera.cl/

Cuentos clásicos Chilenos: "Lo Secreto" María Luisa Bombal

Cuentos clásicos Chilenos: "Lo Secreto" María Luisa Bombal

Mara_Luisa_Bombal Sé muchas cosas que nadie sabe.
- Conozco del mar, de la tierra y del cielo infinidad de secretos pequeños y mágicos.- Esta vez, sin embargo, no contaré sino del mar.
Aguas abajo, más abajo de la honda y densa zona de tinieblas, el océano vuelve a iluminarse. Una luz dorada brota de gigantescas esponjas, refulgentes y amarillas como soles.
Toda clase de plantas y de seres helados viven allí sumidos en esa luz de estío glacial, eterno...
Actinias verdes y rojas se aprietan en anchos prados a los que se entrelazan las transparentes medusas que no rompieran aún sus amarras para emprender por los mares su destino errabundo.
Duros corales blancos se enmarañan en matorrales estáticos por donde se escurren peces de un terciopelo sombrío que se abren y cierran blandamente, como flores.
Veo hipocampos. Es decir, diminutos corceles de mar, cuyas crines de algas se esparcen en lenta aureola alrededor de ellos cuando galopan silenciosos.
Y sé que si se llegarán a levantar ciertas caracoles grises de forma anodina puede encontrarse debajo a una sirenita llorando.
Y ahora recuerdo, recuerdo cuando de niños, saltando de roca en roca, refrenábamos nuestro impulso al borde imprevisto de un estrecho desfiladero. Desfiladero dentro del cual las olas al retirarse dejaran atrás un largo manto real hecho de espuma, de una espuma irisada, recalcitrante en morir y que susurraba, susurraba... algo así como un mensaje.

¿Entendieron ustedes entonces el sentido de aquel mensaje?
No lo sé.
Por mi parte debo confesar que lo entendí.
Entendí que era el secreto de su noble origen que aquella clase de moribundas espumas trataban de susurrarnos al oído...
-Lejos, lejos y profundo -nos confiaban- existe un volcán submarino en constante erupción. Noche y día su cráter hierve incansable y soplando espesas burbujas de lava plateada hacia la superficie de las aguas...
Pero el principal objetivo de estas breves líneas es contarles de un extraño, ignorado, suceso, acaecido igualmente allá en lo bajo.
Es la historia de un barco pirata que siglos atrás rodara absorbido por la escalera de un remolino, y que siguiera viajando mar abajo entre ignotas corrientes y arrecifes sumergidos.
Furiosos pulpos abrazábanse mansamente a sus mástiles, como para. guiarlo, mientras las esquivas estrellas de mar animaban palpitantes y confiadas en sus bodegas. Volviendo al fin de su largo desmayo, el Capitán Pirata, de un solo rugido, despertó a su gente. Ordenó levar ancla.

Y en tanto, saliendo de su estupor, todos corrieron afanados, el Capitán en su torre, no bien paseara una segunda mirada sobre el paisaje, empezó a maldecir.
El barco había encallado en las arenas de una playa interminable, que un tranquilo claro de luna, color verde-umbrío, bañaba por parejo.
Sin embargo había aún peor:
Por doquiera revolviese el largavista alrededor del buque no encontraba mar.
-Condenado Mar -Vociferó-. Malditas marcas que maneja el mismo Diablo. Mal rayo las parta. Dejarnos tirados costa adentro... para volver a recogernos quién sabe a qué siniestra malvenida hora...
Airado, volcó frente y televista hacia arriba, buscando cielo, estrellas y el cuartel de servicio en que velara esa luna de nefando resplandor.

Pero no encontró cielo, ni estrellas, ni visible cuartel.

Por Satanás. Si aquello arriba parece algo ciego, sordo y mudo... Si era exactamente el reflejo invertido de aquel demoníaco, arenoso desierto en que habían encallado.
Y ahora, para colmo, esta última extravagancia. Inmóviles, silenciosas, las frondosas velas negras, orgullo de su barco, henchidas allá en los mástiles cuan ancho eran... y eso que no corría el menor soplo de viento.
-A tierra. A tierra la gente -se le oye tronar por el barco entero-. Cargar puñales, salvavidas. Y a reconocer la costa.
La plancha prestamente echada, una tripulación medio sonámbula desembarca dócilmente;  su Capitán último en fila, arma de fuego en mano.
La arena que hollaran, hundiéndose casi al tobillo era fina, sedosa, y muy fría. Dos bandos. Uno marcha al Este. El otro, al Oeste. Ambos en busca del Mar. Ha ordenado el Capitán. Pero...
 -Alto -vocifera deteniendo el trote desparramado de su gente-. El Chico acá de guardarrelevo. Y los otros proseguir. Adelante.
Y El Chico, un muchachito hijo de honestos pescadores, que frenético de aventuras y fechorías se había escapado para embarcarse en "El Terrible" (que era el nombre del barco pirata, así como el nombre de su capitán), acatando órdenes, vuelve sobre sus pasos, la frente baja y como observando y contando cada uno de ellos.
Vaya el lerdo... el patizambo... el tortuga -reta el Pirata una vez al muchacho frente a él; tan pequeño a pesar de sus quince años, que apenas si llega a las hebillas de oro macizo de su cinturón salpicado de sangre.
"Niños a bordo" -piensa de pronto, acometido. por un desagradable, indefinible malestar.
-Mi Capitán -dice en aquel momento El Chico, la voz muy queda-, ¿no se ha fijado usted que en esta arena los pies no dejan huella?
-¿Ni que las velas de mi barco echan sombra? -replica éste, seco y brutal.
Luego su cólera parece apaciguarse de a poco ante la mirada ingenua, interrogante con que El Chico se obstina en buscar la suya. 
-Vamos, hijo -masculla, apoyando su ruda mano sobre el hombro del muchacho-. El mar no ha de tardar...
-Si, señor -murmura el niño, como -quien dice: Gracias.
Gracias. La palabra prohibida. Antes quemarse los labios. Ley de Pirata.
¿Dije Gracias? " -se pregunta El Chico, sobresaltado.
"¡Lo llamé: hijo!" -piensa estupefacto el Capitán.
-Mi Capitán -habla de nuevo El Chico en el momento del naufragio...
Aquí el Pirata parpadea y se endereza brusco.
-...del accidente, quise decir, yo me hallaba en las bodegas. Cuando me recobro, ¿qué cree usted? Me las encuentro repletas de los bichos más asquerosos que he visto... -¿Qué clase de bichos?
-Bueno, de estrellas de mar... pero vivas. Dan un asco. Si laten como vísceras de humano recién destripado... Y se movían de un lado para otro buscándose, amontonándose y hasta tratando de atracárseme...
-Ja. Y tú asustado, ¿eh?
-Yo, mas rápido que anguila, me lancé a abrir puertas, escotillas y todo; y a patadas y escobazos empecé a barrerlas fuera. Cómo corrían torcido escurriéndose por la arena! Sin embargo, mi Capitán, tengo que decirle algo... -y es que noté... que ellas sí dejaban huellas...
El Terrible no contesta.
Y lado a lado ambos permanecen erguidos bajo esa mortecina verde luz que no sabe titilar, ante un silencio tan sin eco, tan completo, que de repente empiezan a oír.
A oír y sentir dentro de ellos mismos el surgir y ascender de una marea desconocida. La marea de un sentimiento del que no atinan a encontrar el nombre.
Un sentimiento cien veces mas destructivo que la ira, el odio o el pavor. Un sentimiento ordenado, nocturno, roedor. Y el corazón a él entregado, paciente y resignado.
-Tristeza -murmura al fin El Chico, sin saberlo. Palabra soplada a su oído.
Y entonces, enérgico, tratando de sacudirse aquella pesadilla, el Capitán vuelve a aferrarse del grito y del mal humor.
-Chico, basta. Y hablemos claro, Tú, con nosotros, aprendiste a asaltar, apuñalar, robar e incendiar... sin embargo, nunca te oí blasfemar.
Pausa breve; luego bajando la voz, el Pirata pregunta con sencillez.
-Chico, dime, tú has de saber... ¿En dónde crees tú que estamos?
-Ahí donde usted piensa, mi Capitán -contesta-, respetuosamente el muchacho..
.-Pues a mil millones de pies bajo el mar, caray -estalla el viejo Pirata en una de esas sus.famosas, estrepitosas carcajadas, que corta súbito, casi de raíz.
Porque aquello que quiso ser carcajada resonó tremendo gemido, clamor, de aflicción de alguien que, dentro de su propio pecho, estuviera usurpando su risa y su sentir; de alguien desesperado y ardiendo en deseo de algo que sabe irremisiblemente perdido.

María Luisa Bombal (1910-1980) 
La maravillosa discontinuidad del transcurso interior
María Luisa Bombal nació en el Paseo Monterrey de Viña del Mar, el 8 de junio de 1910. A los ocho años de edad, tras la muerte de su padre, se trasladó a París, donde terminó su educación escolar. Posteriormente, ingresó a la Facultad de Letras de La Sorbonne, culminando su carrera con la presentación de una tesis sobre Prosper Mérimée.

Regresó a Chile en 1931, en el trasatlántico Reina del Mar. A su arribo a las costas chilenas la esperaban su madre Blanca Anthes Precht, sus hermanas y un joven llamado Eulogio Sánchez Errázuriz, amigo de la familia, con quien inició una relación amorosa que la obsesionaría durante toda su juventud.
En 1933, tras una separación dolorosa y obligada de Eulogio, decidió partir a Buenos Aires invitada por su amigo y cónsul Pablo Neruda. En esta ciudad participó del movimiento intelectual de la época, reuniéndose con los escritores integrantes de la revista Sur. En 1935 inició su carrera literaria, publicando su primer libro, La última niebla. Posteriormente, en 1938 lanzó su novela más importante, La amortajada.
En agosto de 1940 regresó a Chile, trayendo consigo los manuscritos de "El árbol" y "Las islas nuevas". Al año siguiente, fue encarcelada tras haber intentado asesinar a su antiguo amante, Eulogio Sánchez; pero estuvo sólo unos pocos meses en la cárcel.
En 1944 decidió trasladarse a Estados Unidos, donde vivió por más de 20 años. El primer período de residencia en este país fue de mucha soledad, trayéndole como consecuencia una severa adicción al alcohol. Posteriormente, conoció a Fal de Saint Phalle, un noble francés dedicado a los negocios, con quien se casó el 1 de abril de 1944 y tuvo una hija, llamada Brigitte, mismo nombre de la protagonista de su segunda novela.
Durante esta época siguió escribiendo, sobre todo obras de teatro. Publicó La historia de María Griselda en 1946, y trabajó para la UNESCO. A pesar de llevar muchos años en el extranjero, nunca renunció a su pasaporte chileno, lo que limitó sus posibilidades de recibir premios en los países donde había desarrollado parte importante de su carrera de escritora.
María Luisa Bombal regresó a Chile en varias ocasiones. En diciembre de 1969 falleció su esposo y al poco tiempo partió a Buenos Aires, donde permaneció hasta 1973. Posteriormente, viajó a Chile para quedarse de manera definitiva.
Las penas y el alcohol debilitaron su salud. María Luisa Bombal murió el 6 de mayo de 1980, en completa soledad en una sala común de un hospital público, sin haber obtenido elPremio Nacional de Literatura. La obra inédita de María Luisa Bombal fue recopilada y publicada, en conjunto con sus novelas más conocidas, dieciséis años después por Lucía Guerra bajo el título de Obras completas.
Tomado de: Memoria Chilena

--
Para leer,  ver y revisar más artículos, haga click aquí:
http://www.luiseaguilera.cl/ 

"Pelada la bombita"


Pelada la bombita




Pelada la bombita pendiendo
de un cable denodado
y equidistante

Y en mi primera vez
el deseo
de una mujer joven toda
desnuda maravillosamente.




_________________________________________________________


Rolando Revagliatti