miércoles, 22 de diciembre de 2010

De Pluma y Pincel

Patricio Manns: "El lento silbido de los sables". Isabel Gómez.

  

En estos "silbidos de sables" transitan sujetos que no quedaron registrados en la historia oficial, aquellas voces silentes que lucharon por construir una sociedad más justa, por darle un sentido a la tierra más allá de la lógica del mercado.

Patricio Manns ha incursionado en diversos géneros literarios, su afanada pluma le ha permitido construir desde su imaginario literario, novelas, ensayos, poesía, sin olvidar el importante sitial que se ha ganado como intérprete y compositor. Su vasta trayectoria lo instala dentro de los escritores más significativos de nuestro país.

En el siglo XIX José Martí sitúa un pensamiento desde Latinoamérica para Latinoamérica, lo que se llamó el "ser latinoamericano", esto facilitó la instalación de un pensamiento crítico reflexivo que nos hace enunciar problemáticas que difícilmente se habrían conocido si no hubiese sido por su discurso interpretativo. El surgimiento de estos pensadores nos hace ver nuestra América desde otros prismas del pensamiento, nos enteramos de aquello que el discurso oficial acalló por siglos sostenido por la lógica de un mundo sometido al dominio y el consumo. Si hacemos una analogía con la literatura que aborda problemáticas de nuestra historia, podemos sostener con absoluta claridad, que el mérito radica fundamentalmente en poner en el colectivo aquellos tópicos que nos permiten mirar nuestra historia desde otras aristas, más denunciativas que enunciativas, con el objeto de provocar, reflexión, discusión y difusión de los hechos acontecidos, de ahí la importancia de esta nueva novela de Patricio Manns.
"El lento silbido de los sables", nos ubica en uno de los pasajes más oscuros de nuestra historia la llamada "Pacificación de la Araucanía" contemplando aquellos episodios que pocos se atreven a denunciar por la crueldad de los hechos narrados y por sobre todo para ocultar lo sangriento de esta guerra, con consecuencias trágicas que perduran hasta nuestros días, para Francisco Gárate , "Los conflictos entre el Pueblo Mapuche y las empresas mineras reeditan en la actualidad los que el pueblo mapuche ha tenido históricamente, desde la época española y durante toda la existencia del Estado chileno. A la actitud decidida de los mapuches, responde ahora el Estado enviando fuerzas policiales para proteger a las empresas. La situación actual es otro episodio más en la secuencia del proceso desatado por el Estado Chileno hace más de un siglo. En esta secuencia hay que mencionar la invasión del territorio mapuche, la imposición de reducciones, la división de las comunidades y la venta de las tierras…"
La instalación de megaproyectos condicionan día a día al pueblo mapuche, dejando en un abandono extremo sus reivindicaciones históricas. Esta degradación, tanto en el plano social, económico y ambiental, hasta nuestros días no encuentra soluciones reales. Es más las autoridades intentan bajarle el perfil a sus movilizaciones, deformando al extremo de ignorar dichas demandas que tienen sumido al pueblo mapuche en la indefensión y el abandono.
Manns bien sabe de estos conflictos y los describe en su novela con la valentía y claridad necesarias para traerlos nuevamente a nosotros, el público lector, que en muchas ocasiones se mantiene al margen, envuelto en las nebulosas que nos dejan los medios de comunicación, acallando, hasta el extremo de ignorar las reales causas de estas situaciones.
En estos "silbidos de sables" transitan sujetos que no quedaron registrados en la historia oficial, aquellas voces silentes que lucharon por construir una sociedad más justa, por darle un sentido a la tierra más allá de la lógica del mercado. En sus páginas se mueven personajes místicos, fantasmagóricos, que tienen que ver con el imaginario de valores que existen en un terreno de fragilidad extrema. Rayén bien podría representar nuestra conciencia, la pureza de la tierra, del terruño simbolizado en el cuerpo femenino, siendo éste confrontado con la crudeza de esta guerra que vuelve a reintalar en nuestra memoria estos fantasmas que nos sitúan en la miseria humana, en la frágil línea entre la vida y la muerte. El autor nos dice: "- Después de los horrores que he protagonizado, Eraclio, sospecho que nunca jamás seré un hombre normal. - Ni yo- dijo Zambrano, con los ojos perdidos en la muerte".
Esta especie de agonía en donde conviven personajes que circulan entre la realidad y la ficción nos hace reflexionar sobre los acontecimientos que sellaron esta guerra y que de cierta forma nos sirven para comprender las situaciones actuales de lucha que mantiene el pueblo mapuche cuyas interrogantes se ven dilucidadas a través de este tipo de lecturas.
Cito:"…Ella contó cosas extrañas. Se hallaba durmiendo, horas antes de que él la invitara a subir al tren y soñó que moría. No sabía muy bien cómo, pero sentía que alguien la cogía por los cabellos y la suspendía en un abismo sin fondo, en la boca del cual soplaba un viento fuerte y seco. Al interior del abismo había piedras que le fracturaron los huesos, pero seguía consciente, y miraba hacia el hueco de la noche sin poder moverse. Un caballo de hierro galopaba junto a su cuerpo y aunque tendió las manos implorando auxilio, el caballo no se detuvo…"
Las relaciones tormentosas que mantiene Orozimbo Baeza hacen que la fragilidad de su conciencia siempre esté dirigida hacia comportamientos decadentes. Su relación de incesto sólo viene a confirmar que en la guerra todas las relaciones se instalan bajo un escenario irracional, cruel, náufragos del caos y la miseria espiritual. Esto hace que la historia circule entre personajes soeces cuyo lenguaje transcribe los estados más degradantes de esta guerra sangrienta, sin límites en la narración de los hechos que se enuncian.
Dentro del marco latinoamericano y del Caribe, la literatura últimamente se ha caracterizado por incorporar temáticas que dan cuenta de nuestra realidad, en cuestiones de raza, género y otros tópicos que recogen los autores cuya reflexión se centra en mostrar los comportamientos sociales que los sujetos revelan ante estas problemáticas.
Los invito a leer "El lento silbido de los sables",  porque cada día se hace más imperativo repensar la literatura como una fuente de crítica necesaria, ante ésta y otras problemáticas presentes en nuestra historia, porque nos sirven para reflexionar el escenario político desde una mirada crítica, con la intención de provocar una interacción entre el discurso literario y el discurso político.


Pluma Y Pincel


 

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